viernes, 26 de octubre de 2012
LA FARINGE
Faringe
La faringe es un tubo
muscular que comunica el aparato o sistema respiratoirio digestivo. La
faringe es la parte que viene después de la boca.
Esta cavidad se comunica con
la nariz por dos agujeros, y también con el oído por otros dos conductos
(trompas de Eustaquio).
También se comunica con el tubo respiratorio (traquea);
pero en el momento de pasar el alimento, este paso se cierra por medio de una
válvula, llamada epiglotis, que impide que aquel vaya a parar al tubo
respiratorio.
En la faringe se halla el velo del paladar, que se
prolonga
hacia los lados en dos repliegues, que son los pilares. En los
pilarares se encuentran unas glándulas llamadas amígdalas, que defienden
el organismo
de las infecciones.
La faringe se comunica además
con el ESOFAGO, que un tubo largo, situado a continuación de la faringe,
que conduce el alimento al estómago.
Laringe
La laringe es el órgano donde se produce la voz,
contiene las cuerdas vocales y constituye también un paso obligado para los
gases respiratorios.
La
laringe es el órgano de la voz, pero además constituye parte importante de la
vía aérea y es también su mecanismo de protección pues evita el pasaje de los
alimentos con el reflejo de tos y la dinámica de protección de la epiglotis.
Está situada encima de la tráquea, que es su continuación. Tiene la forma de una pirámide triangular invertida formada por piezas cartiloginosas que se articulan entre sí y unen por ligamentos, músculos y cubiertos por una mucosa que está constituida por una serie de repliegues de tejido epitelial.
Está situada encima de la tráquea, que es su continuación. Tiene la forma de una pirámide triangular invertida formada por piezas cartiloginosas que se articulan entre sí y unen por ligamentos, músculos y cubiertos por una mucosa que está constituida por una serie de repliegues de tejido epitelial.
viernes, 19 de octubre de 2012
EL CUERPO HUMANO
-->LOS PULMONES
Luego
de pasar por las fosas nasales, el aire circula por la faringe y
llega a la tráquea, que se divide en dos bronquios, cada uno de los
cuales penetra en un pulmón. Los pulmones son los órganos de la
respiración donde se produce la hematosis, proceso durante el cual
los glóbulos rojos absorben oxígeno y se liberan del anhídrido
carbónico. Protegidos por las costillas, se encuentran en la caja
torácica, a ambos lados del corazón, separados por el mediastino,
nombre que recibe el espacio entre cada uno de ellos.
Las fosas nasales son
dos cavidades situadas encima de la boca. Se abren al exterior por los
orificios de la nariz (donde reside el sentido del olfato) y se
comunican con la faringe por la parte posterior. En el interior de las
fosas nasales se encuentra la membrana pituitaria, que calienta y
humedece el aire que inspiramos. De este modo, se evita que el aire
reseque la garganta, o que llegue muy frío hasta los pulmones, lo que
podría producir enfermedades. No confundir esta membrana pituitaria con
la glándula pituitaria o hipófisis.
La faringe se encuentra a
continuación de las fosas nasales y de la boca. Forma parte también
del sistema digestivo. A través de ella pasan el alimento que ingerimos
y el aire que respiramos. Tubo musculoso situado en el cuello y
revestido de membrana mucosa que conecta la nariz y la boca con la
tráquea y el esófago y por el que pasan tanto el aire como los
alimentos. En el hombre mide unos 13 cm y queda delante de la columna
vertebral. Alberga las amígdalas y, en los niños, los ganglios
adenoides. Como arranca de la parte posterior de la cavidad nasal, su
extremo más alto se llama nasofaringe. La inferior u orofaringe ocupa la
zona posterior de la boca. Termina en la epiglotis, un pliegue
cartilaginoso que impide la entrada de alimentos en la tráquea, pero no
obstaculiza su paso al esófago. Las llamadas trompas de Eustaquio
comunican la faringe con el oído medio y equilibran la presión del aire a
ambos lados del tímpano.
La laringe está situada
en el comienzo de la tráquea. Cámara hueca en la que se produce la voz;
en mamíferos y anfibios se encuentra en la parte frontal o superior de
la tráquea. En los mamíferos une la porción inferior de la faringe con
la tráquea y ocupa una posición frontal o ventral en relación con el
esófago, por detrás de la piel y el tejido conectivo de la garganta. La
laringe está sujeta por medio de ligamentos al hueso hioides, situado en
la base de la lengua.
El bastidor esquelético de la laringe es un conjunto de tres grandes estructuras cartilaginosas —epiglotis, cartílago tiroides y cartílago cricoides— y varios pares de pequeños cartílagos, los más importantes de ellos son los llamados aritenoides. La epiglotis es un cartílago ancho situado por delante del tiroides que se extiende hasta la parte superior de éste.
Por lo general, la epiglotis está
orientada hacia arriba, pero cuando sustancias sólidas o líquidas pasan
desde la boca hacia el esófago, la epiglotis se pliega hacia abajo sobre
la glotis, apertura que existe entre las cuerdas vocales, para evitar
que la comida entre en la tráquea.
La tráquea es un
conducto de unos doce centímetros de longitud. Se extiende entre la
laringe y los bronquios, y se sitúa por delante del esófago. La tráquea
está formada por numerosos hemianillos cartilaginosos, abiertos por su
parte dorsal, que es adyacente al esófago. Estos anillos se distribuyen
unos sobre otros y están unidos por tejido muscular y fibroso. En el ser
humano, la tráquea tiene una longitud de 10 cm y 2,5 cm de diámetro. Su
superficie interna está revestida por una membrana mucosa ciliada.
Los bronquios son los
dos tubos en que se divide la tráquea. Penetran en los pulmones, donde
se ramifican una multitud de veces, hasta llegar a formar los bronquiolos. Conducen el aire desde la tráquea a los alveolos pulmonares.
Los bronquios son tubos con ramificaciones progresivas arboriformes (25
divisiones en el hombre) y diámetro decreciente, cuya pared está
formada por cartílagos y capas muscular, elástica y mucosa. Al disminuir
el diámetro pierden los cartílagos, adelgazando las capas muscular y
elástica.
Como los bronquios son la continuación de la parte conductora del aire que van desde la tráquea hasta los alveólos, en primer lugar se ramifica en dos bronquios principales, uno derecho (que se introduce en el pulmón derecho de forma bastante vertical) y otro izquierdo (con una penetración en el pulmón izquierdo más horizontal, ya que hay el corazón en este lado y por tanto no puede descender tanto).
Los bronquios principales son
histológicamente muy similares a la tráquea. A continuación aparecen los
bronquios lobares primarios (3 en el pulmón derecho y 2 en el
izquierdo). Estos bronquios ya no tienen un cartílago continuo aunque
las placas forman un anillo. A continuación vienen los bronquios
secundarios y los terciarios y finalmente los respiratorios los cuales
acaban en los sacos alveolares, lugar donde se realiza la respiración o
intercambio gaseoso entre la sangre y el aire inspirado.
Los Pulmones
Son órganos pares situados en la cavidad
torácica que llevan a cabo la respiración. Están presentes en mamíferos,
aves y reptiles. Muchos anfibios y algunos peces también presentan
pulmones.
Parecidos a un par de esponjas, forman uno de los órganos más grandes de tu cuerpo. Su función esencial, compartida con el sistema circulatorio, es la distribución de oxígeno y el intercambio de gases. Tienen la capacidad de aumentar de tamaño cada vez que inspiras y de volver a su tamaño normal cuando el aire es expulsado.
En los seres humanos se localizan en la
cavidad torácica, limitada por arriba por el cuello y por debajo por el
diafragma, un músculo con forma de cúpula que separa esta cavidad de la
abdominal. Los pulmones de los recién nacidos son de color rosado
mientras que los de las personas adultas presentan distintas manchas
grisáceas como consecuencia de las pequeñas partículas de polvo
presentes en la atmósfera, que acceden a los pulmones con el aire
inspirado.
El pulmón derecho es más grande que el izquierdo. Esto, porque está dividido en tres lóbulos -superior, medio e inferior- y el izquierdo solamente en dos – superior e inferior. Dentro de los pulmones, los bronquios se subdividen en bronquiolos, que dan lugar a los conductos alveolares; éstos terminan en unos saquitos llamados alveolos que están rodeados de una tupida red de capilares sanguíneos. La superficie alveolar total es de 93 m2, casi 50 veces el área de la piel. Cada pulmón tiene entre 300 y 400 millones de alveolos.
En el ser humano adulto cada pulmón mide entre 25 y 30 cm de largo y tiene una forma más o menos cónica. Estos dos órganos están separados por una estructura denominada mediastino, que encierra el corazón, la tráquea, el timo, el esófago y vasos sanguíneos. El pulmón está recubierto por una membrana serosa que presenta dos hojas, una llamada pleura pulmonar o visceral, que se adhiere a los pulmones; la otra, está separada de la pleura parietal
—una membrana similar situada en la pared de la cavidad torácica— por
un fluido lubricante y que tapiza el interior de la cavidad torácica.
Estas dos capas se encuentran en
contacto, deslizándose una sobre otra cuando tus pulmones se dilatan o
contraen. Entre ellas se encuentra la cavidad pleural, que se encarga de
almacenar una pequeña cantidad de líquido, cumpliendo una función
lubricadora. Pero la misión principal de la membrana pleural es evitar
que tus pulmones rocen directamente con la pared interna de la cavidad
torácica, manteniendo una presión negativa que impide el colapso de los
pulmones.
Los Alvéolos: la unidad funcional
Los alvéolos son considerados la Unidad Funcional del Pulmón, y son sacos terminales del aparato respiratorio en el que se realiza el intercambio de gases entre la sangre y el aire respirado.
Cada alveolo está envuelto por una tupida red de capilares interconectados entre sí. El revestimiento interno de los alveolos está compuesto por neumocitos tipo I, aplanados, a través de los que se produce el intercambio de gases, y neumocitos tipo II, redondeados, que fabrican el surfactante pulmonar (sustancia que disminuye la tensión superficial de la interfaz aire-líquido facilitando la expansión alveolar). Las paredes de separación
entre alveolos presentan intercomunicaciones (poros de Kohn),
abundantes fibras elásticas (responsables de la contracción pulmonar
durante la espiración) y macrófagos encargados de la primera barrera de
defensa inmune.
Cuando los alvéolos se llenan con el aire inhalado, el oxígeno se difunde hacia la sangre de los capilares, que es bombeada por el corazón hasta los tejidos del cuerpo. El dióxido de carbono se difunde desde la sangre a los pulmones, desde donde es exhalado.
Diafragma
Es un músculo extenso que separa la cavidad torácica de la abdominal. En los seres humanos el diafragma está unido a las vértebras lumbares, a las costillas inferiores y al esternón. Las tres principales aberturas del diafragma permiten el paso del esófago, la aorta, los nervios, y los vasos linfáticos y torácicos.
El diafragma de los seres humanos es de forma elíptica y aspecto rugoso.
Está inclinado hacia arriba, más elevado en la parte anterior que en la
posterior y tiene forma de bóveda cuando está relajado. La respiración
está asistida por la contracción y distensión de este músculo. Durante
la inspiración se contrae y al estirarse aumenta la capacidad del tórax;
entonces, el aire tiende a entrar en los pulmones para compensar el
vacío creado. Cuando se relaja, el aire se expulsa.
Además, al contraerse ejerce presión sobre el abdomen, y de esta manera ayuda al estómago a realizar la digestión. Las contracciones espasmódicas involuntarias del diafragma originan el hipo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)